Las imágenes impresionan, convencen y no sólo eso, se quedan pegadas como una lapa a nuestra cabeza y llegan mucho más rápido y más lejos que las palabras.Un breve vistazo a una fotografía basta para sumergirse en la atmósfera de la imagen e interiorizar las emociones que dieron lugar a la instantánea.
Este viejo principio es manejado a la perfección por las redes sociales, donde las fotografías son muy a menudo las “reinas” de los “shares”, los “likes” y los comentarios.
Quizás por ello, y viendo el excelente “química” que hay entre imágenes y redes sociales, en los últimos años han surgido plataformas 2.0 que giran única y exclusivamente en torno a las fotografías. Pinterest, Instagram y compañía están en boca de todos. Facebook reconoció rápidamente el potencial de las redes sociales fotográficas y no dudó en desembolsar mil millones de dólares para hacerse con Instagram.
En Instagram, la filial de la empresa de Mark Zuckerberg, el usuario puede añadir filtros a las fotografías tomadas con el móvil y compartirlas después a través de Twitter, Facebook y otras redes sociales.
La facilidad para compartir fotografías es uno de los principales puntos fuertes deInstagram pero también el aire “cool” y deliciosamente vintage que la famosa app fotográfica imprime en cualquier imagen.
Junto a Instagram, otra plataforma 2.0 “casada” con la fotografía y también tremendamente popular es Pinterest, que funciona de manera muy similar a Facebook, pero cuyo único “nutriente” son las imágenes.
El funcionamiento de Pinterest es en realidad sencillísimo: el usuario pinea fotografías publicadas previamente en la red de redes en su muro y después las imágenes pueden ser repineadas y comentadas por otros usuarios. En esta red social las tendencias de moda, los consejos de belleza y las recetas de cocina causan furor en una comunidad de usuarios que fundamentalmente femenina. No en vano, el 70% de los usuarios de Pinterest son mujeres.
¿El truco de Pinterest para estar el candelero? Que ha sabido hacer suyas como nadie tendencias como la moda, la cosmética y la cocina y que, a diferencia de Facebook, donde todo parece girar en torno a la vida personal del usuario, en su plataforma lo que verdaderamente cuenta en la creatividad del usuario y su olfato para “cazar” tendencias.
En la nueva era digital el consumidor se mueve en un proceloso océano de información en el que la imagen es como una especie de chaleco salvavidas para no ahogarse en un auténtico maremágnum de datos.
El consumidor nacido al calor de la nueva era digital tiene sed de imágenes y las empresas están obligadas a calmar esa sed. ¿Cómo? Subiéndose cuando antes al tren de Instagram, Pinterest y también de la recientemente resucitada por Flickr, una plataforma perfecta para que las marcas compartan imágenes de su día a día y ganen en atractivo no sólo de cara a posibles clientes sino también de cara a potenciales empleados.
Los costes que lleva aparejados el denominado “marketing de imágenes” son en realidad bajísimos, sobre todo si se comparan con su amplísimo alcance, en particular en los motores de búsqueda. Y su empresa, ¿se anima ya a hincarle el diente de una vez por todas a Instagram, Pinterest y compañía?
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