martes, 22 de abril de 2014

La alerta "no-poo"

Si hacemos el ejercicio de teclear "no-poo" en Google, el buscador nos devolverá multitud de entradas a blogs y demás escritos sobre la última moda en Internet: lavar el cabello sin champú.


"No-poo" es la abreviación de "no-shampoo" (el juego de palabras va más allá, ya que en inglés poo significa caca, por lo que se percibe el champú como un producto perjudicial para el cabello y el cuero cabelludo, debido a sus ingredientes irritantes). En este sentido, los adeptos a esta corriente rechazan el champú, sustituyéndolo por un lavado sólo con agua o, en su defecto, con una mezcla a base de bicarbonato, vinagre o aceites esenciales. Los adeptos al método lo siguen para huir de las sustancias artificiales o aditivos químicos del champú (como los tensioactivos, que provocan la acción detergente del producto) que, afirman, estropean el cabello y provocan irritaciones en el cuero cabello.

Si bien es cierto que el método tiene miles de adeptos en Internet (entre los cuales se encuentran celebrities com Jessica Simpson), hemos querido contrastar esta creencia con la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), donde la doctora Lola Conejo-Mir, dermatóloga de Sevilla y miembro de la AEDV, nos explica que la función básica del champú es eliminar la grasa producida por las glándulas sebáceas del cuero cabellludo. Esta grasa debe eliminarse periódicamente ya que, más allá de las razones puramente estéticas, puee convertirse en fuente de microorganismos que pueden favorecer las infecciones del cuero cabelludo. El problema del "non-poo" es que, en muchas ocasiones, el agua sola no elimina la grasa generada por el cuero cabelludo, por lo que es cuando se recurre al bicarbonato para hacerlo. La solución puede acarrear varios problemas: el pH del bicarbonato es más alcalino que el del cuero cabelludo, pudiendo provocar irritaciones en la piel. Además, un uso continuado puede decolorar el cabello.

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